España acaba de finalizar el Campeonato Europeo de Lituania de la mejor manera posible, por la puerta grande, demostrando todo su potencial, su inteligencia, individual y colectiva, su fortaleza mental, su capacidad de sufrimiento y su generosidad en el compañero.
Desde hace 14 años (Yugoslavia 95 y 97) ninguna otra selección había conseguido doblete y si descartamos a Lituania (37-39) solo las legendarias y ya extintas URSS y Yugoslavia habían sido capaces de hacerlo. Yugoslavia en tres ocasiones una de ellas triplete (73-75-77). La inigualable URSS en dos ocasiones y un periodo imperial de 8 ediciones seguidas (14 años) del 57 al 71.
Los que sufrimos con los Corbalán, Epi, Rullán, Solozabal, Romay, Llorente, Fernando Martín, Margall, Sibilio, Iturriaga, De la Cruz, Arcega, Beirán, Jimenez... (seguro que me dejo alguno) con el inolvidable Antonio Díaz Miguel a la cabeza y pasamos noches en vela con el Mundial de Calí 82, o la Olimpiada de Los Ángeles 84 (bendita medalla de plata, supo a oro), hoy disfrutamos como niños con este grandioso equipo capaz de las mejores gestas y envidia de media Europa.
Y es que se puede decir que España es el mejor equipo del continente con diferencia dominando todos los aspectos del juego, la final es casi un resumen del campeonato realizado. Manteniendo el corazón del bloque (Pau Gasol, Juan Carlos Navarro y Felipe Reyes) las incorporaciones enriquecen
no solo el juego desplegado sino también la armonía en el grupo. Cada uno tiene su papel dentro y fuera de la cancha, son como las piezas de un gran engranaje que cuando se juntan rondan la perfección en el juego, derrochando compañerismo, ilusión, generosidad, humildad, profesionalidad y competitividad.
No dieron respiro a Francia, la inteligencia en los movimientos de los hermanos Gasol, la velocidad de Rudy, el orden de Calderón en la cancha y su sacrificio en la marca de Parker, y como no la audacia, el atrevimiento, y la genialidad del mejor jugador de largo del campeonato Juan Carlos Navarro, complementados por un Ibaka que cuando hizo falta se planto (y nunca mejor dicho) delante de los armarios franceses y los intimido una y otra y otra vez a base de fuerza, corazón y... tapones.
Durante la preparación del europeo Felipe Reyes conocio el fallecimiento de su padre (desde aquí un fuerte abrazo Felipón), algo que a otro grupo le podía haber afectado, éste como una gran familia se cerró entorno a Felipón y los suyos, haciendoles invencibles.
España tiene equipo para largo y lo que es mejor jugadores detras con el mismo nivel profesional y humano que los que están, tenemos campeones para siempre, aunque pierdan.
No quiero acabar el artículo sin mencionar a todo un caballero del baloncesto, un deportista con mayúsculas (al que hemos visto estos días por Kaunas), primero rival, luego compañero (en el Madrid) y siempre gran maestro e icono del baloncesto Europeo, don Arvydas Sabonis, gracias.
magnifico articulo
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