Futbolista
de élite no lo es cualquiera, es evidente; hacen falta una serie de
habilidades y conocimientos (en lo futbolístico) que no están al
alcance de cualquiera. Pero también hace falta algo más, como se
diría vulgarmente, hace falta tener la cabeza bien amueblada.
En fútbol,
pese a ser un deporte de conjunto, es inevitable fijarse en las
individualidades, ningún niño o adolescente quiere parecerse al
Real Madrid, al Atlético de Madrid o al Barcelona, pero si quieren
parecerse a Cristiano, Falcao o Messi y emularlos en sus equipos
respectivos.
Las
cualidades físicas de Cristiano Ronaldo hacen de él un futbolista
privilegiado, no se puede dudar que para tener un físico así hace
falta mucho sacrificio y mucho tesón. Las horas y horas en el
gimnasio y en las prácticas con balón se traducen en lo que
Cristiano es hoy: un jugador con un gran poderío físico y una
técnica depuradísima que lo colocan entre los mejores del mundo.
Querer ser
el número 1 es muy difícil, número 1 solo hay uno; a todos nos
gustaría ser número 1 en algo, pero somo conscientes de nuestras
limitaciones y nos conformamos en llegar a lo más alto posible
dentro de nuestros límites.
Cristiano
cobra del Madrid en concepto de ficha un sueldo neto, repito, neto
(descontados impuestos) de unos 10 millones de euros al año, no es
el mejor pagado, creo que esta en torno al quinto puesto de los
futbolistas mejor pagados del mundo, si le sumamos premios por ganar
y publicidad la cifra ronda los 30 millones de euros al año. Además
Florentino Pérez le convirtió en el eje central de su proyecto
deportivo, todo ha de girar en torno a Cristiano. Entonces, qué le
ocurre a Cristiano, por qué manifiesta su tristeza, y de esa manera.
Cualquier
persona sea cual sea su condición, profesión, cargo.... tiene todo
el derecho a estar triste y es libertad personal la forma de
expresarlo. En el caso de Cristiano hay que decir que sorprende su
tristeza que, según él, es en lo profesional. Vamos a ver; actual
Campeón de Liga 2011-2012, actual Campeón de la Supercopa de España
venciendo al máximo rival y marcando gol en los dos partidos, máxima
estrella de su club, el Real Madrid, considerado por la UEFA como el
mejor del mundo del siglo xx.
No, el
problema de Cristiano no es profesional, es personal, como personal
es su marcada personalidad, su excesivo narcisismo
(todos recordamos sus palabras: me silban porque me envidian, soy
guapo, famoso y rico, o las declaraciones de Rooney,
en su biografía:
«Cristiano
no paraba de mirarse en el espejo»)
y su descontrolado egocentrismo,
no solo tiene la imperiosa necesidad de creerse el mejor en todo,
sino que además necesita que se lo recuerden constantemente.
Además, para el luso compartir vestuario con Campeones del Mundo y
de Europa es considerado todo un problema; piensa que le restan
protagonismo. Cuando pierde, su enfado va dirigido en otra dirección;
habla en el campo de injusticia y lo repite varias veces con la cara
desencajada y a punto de llorar, podemos recordar cuando el Madrid es
eliminado por el Bayern en Liga de Campeones, o cuando Portugal es
eliminada en la Eurocopa por la Selección Española en semifinales.
Cristiano no acepta una derrota porque considera que la victoria
siempre le corresponde a él por ser quien es.
A este
cóctel hay que añadir la enorme envidia que siente por Leo Messi,
siempre en sus oraciones. Messi por aquí, Messi por allá, de
su boca salen continuas comparaciones de méritos con el jugador
argentino. En el Barcelona, tradicionalmente siempre han protegido,
apoyado y adorado en exceso a su máxima figura, curiosamente para el
Barça el mejor siempre estaba en «Camp-Barça», pero no
solo desde el club, también desde los medios e incluso desde la
política catalana, algo que Cristiano pide para sí en el Madrid.
Pero el Real
Madrid no es el Barcelona, nunca lo ha sido y espero que nunca lo
sea. El Real Madrid está por encima de cualquier futbolista, de
cualquier persona, es la institución más grande en el mundo del
fútbol. No recuerdo si fue Di Stefano o Bernabeu quien le dijo a un
nuevo fichaje blanco: «No se trata de lo que el Real Madrid está
dispuesto a hacer por ti, sino de lo que tú estás dispuesto a hacer
por el Real Madrid». Alguien
debería colgar esta frase de la taquilla de Cristiano.
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