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domingo, 9 de septiembre de 2012

Cristiano y su «tristeza»

Futbolista de élite no lo es cualquiera, es evidente; hacen falta una serie de habilidades y conocimientos (en lo futbolístico) que no están al alcance de cualquiera. Pero también hace falta algo más, como se diría vulgarmente, hace falta tener la cabeza bien amueblada.

En fútbol, pese a ser un deporte de conjunto, es inevitable fijarse en las individualidades, ningún niño o adolescente quiere parecerse al Real Madrid, al Atlético de Madrid o al Barcelona, pero si quieren parecerse a Cristiano, Falcao o Messi y emularlos en sus equipos respectivos.

Las cualidades físicas de Cristiano Ronaldo hacen de él un futbolista privilegiado, no se puede dudar que para tener un físico así hace falta mucho sacrificio y mucho tesón. Las horas y horas en el gimnasio y en las prácticas con balón se traducen en lo que Cristiano es hoy: un jugador con un gran poderío físico y una técnica depuradísima que lo colocan entre los mejores del mundo.

Querer ser el número 1 es muy difícil, número 1 solo hay uno; a todos nos gustaría ser número 1 en algo, pero somo conscientes de nuestras limitaciones y nos conformamos en llegar a lo más alto posible dentro de nuestros límites.

Cristiano cobra del Madrid en concepto de ficha un sueldo neto, repito, neto (descontados impuestos) de unos 10 millones de euros al año, no es el mejor pagado, creo que esta en torno al quinto puesto de los futbolistas mejor pagados del mundo, si le sumamos premios por ganar y publicidad la cifra ronda los 30 millones de euros al año. Además Florentino Pérez le convirtió en el eje central de su proyecto deportivo, todo ha de girar en torno a Cristiano. Entonces, qué le ocurre a Cristiano, por qué manifiesta su tristeza, y de esa manera.

Cualquier persona sea cual sea su condición, profesión, cargo.... tiene todo el derecho a estar triste y es libertad personal la forma de expresarlo. En el caso de Cristiano hay que decir que sorprende su tristeza que, según él, es en lo profesional. Vamos a ver; actual Campeón de Liga 2011-2012, actual Campeón de la Supercopa de España venciendo al máximo rival y marcando gol en los dos partidos, máxima estrella de su club, el Real Madrid, considerado por la UEFA como el mejor del mundo del siglo xx.

No, el problema de Cristiano no es profesional, es personal, como personal es su marcada personalidad, su excesivo narcisismo (todos recordamos sus palabras: me silban porque me envidian, soy guapo, famoso y rico, o las declaraciones de Rooney, en su biografía: «Cristiano no paraba de mirarse en el espejo») y su descontrolado egocentrismo, no solo tiene la imperiosa necesidad de creerse el mejor en todo, sino que además necesita que se lo recuerden constantemente. Además, para el luso compartir vestuario con Campeones del Mundo y de Europa es considerado todo un problema; piensa que le restan protagonismo. Cuando pierde, su enfado va dirigido en otra dirección; habla en el campo de injusticia y lo repite varias veces con la cara desencajada y a punto de llorar, podemos recordar cuando el Madrid es eliminado por el Bayern en Liga de Campeones, o cuando Portugal es eliminada en la Eurocopa por la Selección Española en semifinales. Cristiano no acepta una derrota porque considera que la victoria siempre le corresponde a él por ser quien es.

A este cóctel hay que añadir la enorme envidia que siente por Leo Messi, siempre en sus oraciones. Messi por aquí, Messi por allá, de su boca salen continuas comparaciones de méritos con el jugador argentino. En el Barcelona, tradicionalmente siempre han protegido, apoyado y adorado en exceso a su máxima figura, curiosamente para el Barça el mejor siempre estaba en «Camp-Barça», pero no solo desde el club, también desde los medios e incluso desde la política catalana, algo que Cristiano pide para sí en el Madrid.

Pero el Real Madrid no es el Barcelona, nunca lo ha sido y espero que nunca lo sea. El Real Madrid está por encima de cualquier futbolista, de cualquier persona, es la institución más grande en el mundo del fútbol. No recuerdo si fue Di Stefano o Bernabeu quien le dijo a un nuevo fichaje blanco: «No se trata de lo que el Real Madrid está dispuesto a hacer por ti, sino de lo que tú estás dispuesto a hacer por el Real Madrid». Alguien debería colgar esta frase de la taquilla de Cristiano.

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