Santos 0 – Barcelona 4. Final de la Copa del Mundo de Clubes, Japón.
Desde el primer minuto el Barça salió al campo dispuesto a llevarse la final, haciendo honor a ese viejo dicho del fútbol: las finales no se juegan, las finales se ganan.
Con Thiago y Xavi escoltados por Busquets, Guardiola parecía querer salir (si fuera baloncesto) con dos bases, delante de ellos Iniesta, Fábregas y Messi, más fútbol control, por la derecha Alves, desde el lateral se unía a la fiesta convirtiéndose en un extremo más.
El ritmo frenético que el Barça imprimió al partido sorprendió a los brasileños que desbordados eran incapaces de parar al contrario. La ayuda de Alves creando superioridad numérica en cada línea de pase azulgrana era un martirio constante en la defensa brasilera.
Al cuarto de hora de partido Alves, Messi y Xavi se pusieron de acuerdo para firmar con una vaselina el primer gol, media hora después, otra vez Xavi y Fábregas ya habían dejado claro que venían por la copa.
El Santos, con Neymar y Ganso en sus filas, solo podía mirar como el Barça tocaba y tocaba a una gran velocidad, llegando siempre tarde al balón. Messi en las postrimerías del partido a pase de Alves ponía el definitivo 0-4.
El Barça inició el 10 de diciembre lleno de dudas e incertidumbres los dos partidos más importantes en lo que llevamos de temporada; la gran actuación en el Bernabeu (con la inestimable ayuda de Mourinho y sus planteamientos) sin renunciar a su estilo y esta final, aplastando al campeón sudamericano (insisto, con sus grandes estrellas Neymar y Ganso) fortalecen mentalmente de tal manera a los chicos de Pep que lo convierten en un rival aún más peligroso y máximo favorito a conseguir el triplete.
Totalmente de acuerdo al 100% Fernando. Un abrazo amigo.
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