Durante los últimos días previos al clásico venimos viendo en los medios de comunicación, sobre todo de Madrid, la posibilidad de que el Barça juegue en el Bernabeu con defensa de tres y como contrapartida que Mourinho coloque en el centro del campo lo que él gusta de llamar un triángulo de presión alta; que no es más que un vulgar trivote.
Se dice que Guardiola jugará con tres atrás porque con ese dibujo no ha perdido hasta ahora. Lo cierto es que en muchas fases de los encuentros el Barça juega con tres atrás, ya que Alves siempre acompaña la subida del balón para así crear superioridad numérica en cada línea que ocupa con su avance, pero al final termina retrasándose a su posición inicial.
El dibujo de tres atrás hace al Barça más ofensivo, el puesto defensivo que queda libre (el de Dani Alves), es ocupado por un volante con vocación claramente ofensiva. Al poblar con más jugadores el centro del campo se reparten mejor los espacios, se mejora en la presión y son más los futbolistas de ataque que cercan la portería rival, si lo unimos a su concepto de fútbol ofensivo, el beneficiario es claramente Messi, que de esta manera goza de más libertad.
Pero no todo son bondades, si el centro del campo es superado, la línea de tres sufre y mucho, sobre todo si el rival juega abierto y con rapidez como puede ser el caso del Madrid. La mejor forma de evitar los contragolpes del equipo blanco es con defensa escalonada y con tres atrás eso se hace implanteable. Aunque con un 3-5-2, se pueden generar dos líneas de centrocampistas que corten las líneas de pase y vigilen a los extremos blancos. Arriba Messi y otro, por ejemplo Cesc bastarían para ganar la espalda a la defensa rival.
Por su parte «Mou» ha colocado su trivote siempre que ha tenido partidos complicados, Khedira, Alonso y Lass, si alguno de estos falla, Pepe y ahora Coenträo; se encargan de frenar el ataque rival, su capacidad de destrucción es enorme, presionan, tapan y corren como nadie. Este triángulo de presión alta, crea mucho desgaste en el contrario, pero comete dos errores. Se retrasa la línea de presión, con el trivote el Madrid no presiona tan arriba; con el 4-2-3-1 la línea de los dos pivotes puede avanzar más arriba por que hay más líneas, exactamente una más, la del nueve. Con el trivote, delante solo tienen una linea de tres hombres que no destacan precisamente por la presión coordinada a la salida del balón y tiene que retrasar su posición para no partir el equipo.
El otro gran error al colocar el trivote es la falta de creatividad. El fútbol se juega en torno a un balón, por lo que un equipo pasa por dos circunstancias a lo largo de un partido, cuando tiene el cuero y cuando no. Cuando no lo tiene, el trivote viene muy bien, dispone de armas perfectas para robarlo, pero una vez que lo tiene, ¿qué? ¿pelotazos a los de arriba o lo sube el pivote que lo robó evidenciando su falta de creatividad y perdiendo una ocasión de oro?
Hacen falta centrocampistas de creación (Granero, Özil, Sahin…) que acompañen a Alonso y a los que hay que exigir esa misma labor de presión, para que cuando roben lo hagan con sentido y puedan garantizar la mejor opción de pase y/o elaboración; lo que ocurre es que para ello hay que adelantar líneas y jugar muy juntos arriba, las tres líneas coordinadas y por encima de todo querer el balón con extremos rápidos. Éste si es un 4-3-3 ofensivo, todo lo demás son milongas.
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