A lo
largo de la semana, tras acabar los encuentros de selecciones, se
formo entorno al Real Madrid un debate sano y futbolero sobre los
hombres que alinearía Mourinho en el partido de Liga BBVA contra el
Celta, pero sobre todo en el siguiente, de Liga de Campeones, contra
el Borussia Dortmund. Las bajas por lesión de Arbeloa, Marcelo y
Coentrao suponían un serio problema para el General Manager.
Personalmente
considero, que un club como el Real Madrid, debería tener una mayor
y mejor conexión entre el primer equipo y el segundo, que de cuando
en cuando algún jugador del segundo participara en algún partido
fácil del primero para, llegado un caso como éste, pudiera
temporalmente suplir la baja del titular sin que se note y garantizar
un puente de futuro. Es evidente que Mourinho no piensa igual.
Para
estas circunstancias Mourinho piensa en un determinado tipo de
jugador, un «polivalente» de su absoluta confianza, un pretoriano,
fiel, leal, que no tiene porqué ser titular, de hecho, sino es
titular mejor. El primer año lo intento con Coentrao, fracasó. El
segundo con Altintop casi lo consigue. Pero por fin, a la tercera
parece que va la vencida, lo encontró en Essien. Hay que decir que
con el Ghanes la defensa no se resintió, cumplió con creces en ese
lateral izquierdo, pero es que delante había un equipo joven, que si
bien tiene buen trato de balón, todavía le falta, al equipo
gallego, tablas para jugar en un estadio grande. Otra cosa será el
miércoles con el Dortmund, pero para entonces estará Khedira para
echarle una mano.
El
Celta se comporto como un equipo blando, presumo que Mourinho lo
sabía, de ahí que de salida alineara juntos a Özil, Modric y
Alonso, pedazo de trivote ofensivo si hubiera salido con
instrucciones ofensiva en la construcción. Que le vamos a hacer, el
equipo salió con las mismas reservas que siempre, la ventaja para el
Madrid es que el Celta no apretó, cedió el balón y eso junto a la
calidad técnica de los jugadores blancos desequilibró la balanza.
El
General Manager mantuvo el doble pivote Modric-Alonso por delante de
ellos a Özil con dos más y arriba Higuaín. El argentino hizo uno
de los goles más comentados de la jornada. ¿Tiró a puerta? ¿quiso
pasar? Tiro a peligro, le pego buscando gol, de forma directa o
indirecta, con rechace de un contrario o remate de un compañero,
Gonzalo le pego con rosca buscando el segundo palo, como buen
delantero que es y recogió el fruto de su intención. Conseguido el
gol, conseguida la ventaja, a dormir, a cerrar el partido, nada de
riesgos estériles. Mediada la segunda mitad, un innecesario, absurdo
y ridículo atropello a Özil en el área castigado justamente
con penalty supuso la puntilla a un partido que pasó sin pena ni
gloria.
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