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martes, 2 de julio de 2013

Reflexiones sobre la final de la Confecup

Un lectura simplista de la final de la Confecup podría decir que Brasil fue mejor, una lectura simplista y entusiasta con los colores cariocas diría que Brasil nos dio un baño. Hay un sector de aficionados españoles que están de fiesta, encantados con la derrota patria. Aficionados españoles que ven el fútbol con gafas especiales, son lentes con un filtro especial, todo lo que no sea igual a la camiseta del club de sus amores no sirve; es feo, aburrido y malo. Lo bueno, lo moderno es lo que hay en su club, sea lo que sea, y da igual los campeonatos que ganes, da igual que te admiren fuera, da igual que seas modelo para otras federaciones campeonas y centenarias (Alemania, Francia, Italia, Inglaterra... nos miran para copiarnos). Están convencidos que hablar siquiera bien de la selección es renunciar a sus colores de club y claro por ahí no pasan; pobres. Mantienen una campaña de acoso y derribo contra el seleccionador aseverando toda una ristra de mentiras, barbaridades y sinvergonzonerías. Se aprovechan con malas artes de la bonomía del seleccionador. Un tipo cortés, educado, conocedor del buen fútbol (se educó futbolísticamente en el Real Madrid, a mi criterio personal el mejor club del mundo) y sobre todo inteligente, capaz de recoger la simiente que muy acertadamente sembró Luis en el 2008 (en el que se ganó la euro) y elevarla hasta un mundial y otra eurocopa. Esos mismos aficionados aprovechan la derrota de la selección para pedir la cabeza del seleccionador y de algunos futbolistas, responsables junto con el propio Del Bosque de llevarnos a lo más alto del mundo futbolístico, augurando un fin de ciclo y un cambio de estilo.

A la final de la Confecup los jugadores españoles llegaban muy cansados, no era ningún secreto, el calor y la humedad de las sedes en las que España jugó, y el partido de semis contra Italia pasaron una fuerte factura, problemas que nada tienen que ver con el estilo. Mientras, los brasileños se habían preparado a conciencia para está final, sedes, itinerario. Bien adaptados a la humedad y al calor (viven allí) hicieron una preparación física fuerte sabedores de su pobreza futbolística. Si querían llegar a la final tenían que jugar sobre el límite del reglamento, más veces por la parte de fuera de la línea que por la de dentro, en todo el campeonato hicieron 107 faltas, España 56. Cuando se juega bien al fútbol, se construyen jugadas con criterio y tienes un estilo definido no es necesario salirse del reglamento, no hace falta. Pero cuando te falta fútbol... y resulta extraño, porque Brasil tiene buenos futbolistas, siempre los ha tenido, pero no buenos entrenadores. Hay escuelas y escuelas. De la final destacaría a tres jugadores: Neymar, lógicamente; David Luiz, soberbio su partido llegando a todos los balones; y Julio Cesar, sus paradas junto a las acciones de Luiz evitaron acortar la diferencia.

Durante todo el campeonato y sobre todo en la final la torcida brasileña se dedicó una y otra vez a torcer el criterio arbitral en beneficio propio cuando a su equipo le hacía falta y en la final le hacía mucha, mucha falta. Brasil echó el reglamento a la basura y salió en tromba sabedor que el arbitraje del partido recaería en la torcida. Si ésto lo unimos a la situación del equipo español; cansancio muscular y físico, los desajustes defensivos son mucho más fáciles de producirse. Pese a todo, en ningún momento perdimos la cara al partido, nos sobrepusimos a la injusta expulsión de Pique y hasta el final tuvimos ocasiones, perdimos como pierden los campeones, con nuestro estilo. Puestos a perder es más importante el como hacerlo que el por cuanto, salvo para los simplistas, perdón, los resultadistas. Si tenemos en cuenta que ésta derrota es la primera en partido oficial desde la que sufrimos frente a Suiza en el primer partido de la fase final del Mundial de Sudáfrica 2010, podemos pensar que un accidente lo tiene cualquiera.

Muchos dicen que la Confecup ha sido un ensayo general para el mundial del año que viene. Si este ensayo se lo toman al pie de la letra me parece que volverán a dejar que la torcida controle la competición y el trofeo se quede en Brasil. La sombra del maracanazo aun persigue al país y hay que evitar que se repita a cualquier precio.

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