Para
Iker Casillas la temporada 2013-2014 no ha empezado mejor que
finalizó la anterior. Tras jugar al despiste Ancelotti, durante toda
la pretemporada, con la titularidad de Iker y Diego, nos encontramos
con que el capitán del Real Madrid está abocado al banquillo.
Se
mantiene que Diego López está mejor, que Iker sigue en baja forma
desde la temporada pasada y que por eso «chupó» banquillo. Pero si
echamos una ojeada a los números de la pasada temporada, la realidad
es bien distinta:
- Liga BBVA. Casillas jugó 19 partidos encajando 17 goles lo que hace un promedio de 0,89 goles por partido. Por su parte Diego López jugó 16 encajando 20 goles lo que hace un promedio 1,25 goles por partido.
- Copa del Rey. Casillas jugó 3 partidos encajando 0 goles lo que hace un promedio de 0,00 goles por partido. Por su parte Diego López jugó 3 encajando 4 goles lo que hace un promedio 1,33 goles por partido.
- Liga de Campeones. Casillas jugó 5 partidos encajando 8 goles lo que hace un promedio de 1,60 goles por partido. Por su parte Diego López jugó 6 encajando 9 goles lo que hace un promedio 1,50 goles por partido.
Los promedios no engañan, el computo global sitúa a Iker con un
promedio de 0,92 goles por partido y a Diego con 1,32 goles por
partido, queda claro quien estuvo en mejor forma. Además se sabe
sobradamente que Casillas en ningún caso ha estado «pasado de
kilos» como miserablemente se ha filtrado a la prensa. Desmontada
la milonga del estado de forma vamos con otra hipótesis.
Se habla, y no lo pongo en duda, que Ancelotti prefiere otro tipo de
portero: que sean altos, Diego López (1,96 m) es más alto que Iker
(1,85 m), pero ¿de verdad esto es un argumento suficiente? Miguel
Ángel (1,74 m), Paco Buyo (1,79 m), Cañizares (1,81 m) por ejemplo
no hubieran tenido ninguna oportunidad; que sepa jugar con los pies
para sacar el balón jugado desde atrás, bueno, Iker es capitán y
titular de la Selección Española, y en ella saca el balón con los
pies, ha jugado con Piqué, Puyol, Ramos... y sacan el balón jugado,
desentona más Arbeloa con el balón en los pies que el propio Iker.
Tampoco parecen estás razones de peso.
Sobre la idea de acusarle de ser el topo de la plantilla, su novia
periodista.... en fin, da asco y ofende a la inteligencia el solo
plantearlo.
Iker Casillas es considerado por el mundo futbolístico como el mejor
portero del mundo, es admirado por los porteros rivales de primera
línea. Nunca se esconde. Siempre da la cara. Como guardameta y como
capitán del Madrid y de la Selección se ha enfrentado a situaciones
(en finales) que Diego López solo puede imaginar y eso da un plus
que nada tiene que ver con la altura o con la forma; su aplomo
intimida a los rivales; nunca se arruga; no hay nadie mejor que él
en el uno contra uno, sus paradas han dado títulos al Real Madrid.
Es el portero de las paradas imposibles. Claro que no es el más
alto, pero eso con trabajo táctico se puede resolver.
Dicho todo esto, Diego López es un portero excepcional, formado en
la cantera blanca, tuvo la mala suerte de ser de la misma quinta que
Casillas (casualmente los dos son del 81, Diego de noviembre e Iker
de mayo) y por eso salió del club. La defensa en éste articulo de
Iker en ningún caso desmerece a Diego López que cuenta con mi
máximo apoyo y respeto. Lo que ocurre es que Iker es un jugador
distinto, es un portero distinto, por algo le apodan «San Iker».
En los años ochenta Beenhakker, entrenador del Madrid, sentó a
Butragueño en partido de Copa de Europa contra el PSV y en su lugar
puso a Paco Llorente, al acabar el partido Ramón Mendoza bajó al
vestuario y le dijo al entrenador: «Que sea la última vez que juega
usted con el patrimonio del Club». La misma frase se la repitió
años después Florentino Pérez a García Remón cuando dejó en el
banquillo a Beckham en partido de liga frente al Racing de Santander.
Iker Casillas lleva en el Real Madrid desde los nueve años, con su
entrega, su trabajo, y su esfuerzo es uno de los principales
protagonistas que contribuye a que el equipo blanco se más grande
cada día. Iker Casillas es patrimonio del Real Madrid, es el escudo,
representa y defiende mejor que nadie los valores madridistas, esos
que una y otra vez Florentino Pérez deforma en su afán de convertir
el Real Madrid en un parque empresarial.
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