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sábado, 7 de septiembre de 2013

Finlandia 0 - España 2. Camino del Mundial de Brasil 2014

Partido de clasificación para el Mundial de Brasil de 2014, marcado por el resultado de la ida en Gijón; empate a uno. Los finlandeses, alumnos aventajados de la escuela mouriñista, complicaron, y mucho, la vida al equipo español.

El encuentro venía precedido por dos debates en la prensa, el sempiterno del delantero centro y el de la portería. Ninguno de los dos relevantes para el seleccionador. En el caso del guardameta, Del Bosque lo dejo muy claro a quien quiso escucharle:
«A Iker le perjudicó pacificar la relación Barça-Madrid. En los momentos difíciles de la selección, Casillas ayudó en la convivencia, a que la selección siguiera adelante y conquistara la Eurocopa. Eso no fue bien visto y Casillas salió perjudicado» / «El radicalismo de las aficiones hace que sólo vean el fútbol desde la pasión y la ojeriza hacia el rival» / «Casillas está bien, está feliz. Tiene buena relación con todos, más allá de los colores de cada uno. Muchas veces aquellos que se consideran más patriotas son los que más radicales se convierten. Todo el mundo debería pensar que la selección española está por encima, o como mucho paralelo, a los intereses de los clubes»
Una vez más el salmantino ha dado en el clavo. Es evidente que Iker mantiene la titularidad en la portería de la selección donde nadie tiene motivos serios para cuestionarle. El portero no defraudo, como muestra la parada en el minuto 12 de partido, sacando un balón (que se colaba) con el pie, que venía rebotado de Sergio Ramos, aun con empate a cero.

Existe la creencia de que la única forma de contrarrestar el juego de posición de la selección española (o el del Barça) es oponerlo, vamos a decirlo así, con el estilo de Mourinho, es decir: dos lineas, una de cuatro y otra de cinco, encerrados en el área, defendiendo por acumulación y con dureza, y a la menor ocasión de tener el balón correr como gamos a la espalda de la defensa rival para hacer gol. Bueno pues Finlandia lo bordo, en cambio, los españoles hicieron uno de los peores partidos que se recuerdan.

La intensidad defensiva finlandesa dejó en evidencia el pobre estado de forma de los jugadores de la roja en éste comienzo de temporada, que unido a las bajas por sanción o lesión (Alonso, Pique, Busquets…), provocaron imprecisión en los pases y desajustes defensivos. A Mario Suarez le cuesta coger el sitio, Ramos no ayuda y se dispersa por el centro del campo, solo Raul Albiol estuvo magnífico, demostrando ser un gran central que se mueve bien con espacios y dejando en evidencia el ostracismo al que le tenían en tiempos pasados. Arriba el único con luces para construir era Cesc, de él salió la fantástica vaselina a la espalda de las líneas finlandesas donde apareció Jordi Alba que con tranquilidad bajó el balón y con su pierna mala lo templo con suavidad por debajo del portero. Lateral con alma de delantero, me río yo de Gareth Bale, a la hora de jugar al fútbol no todo es potencia.
En la segunda parte los cambios dieron la puntilla; Xavi metió un gran pase por dentro sobre Navas, que había salido por Villa, el sevillano corrió tras el balón hacia la frontal por velocidad, al llegar a él pasó, aun toque, en horizontal a Negredo, que había salido por Cesc, y a la salida del portero, remató.

Como ya he dicho la selección jugó un muy mal partido, no todo va a ser «jogo bonito» y pasearse. En ningún momento perdió el control del partido, el objetivo máximo es siempre ganar, conseguir los puntos que nos lleven a Brasil.

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