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domingo, 29 de septiembre de 2013

El Atlético de Madrid se llevó el derbi

El primer derbi de la temporada 2013-2014 se decantó en favor de los colchoneros. En el minuto 11 de partido el Atlético de Madrid ganó un balón en la presión a la salida del equipo blanco. Di María pierde el balón ante Filipe Luis quien pasa a Koke y este en profundidad hacia Costa ganando la espalda a la defensa blanca y batiendo en el uno contra uno a Diego López.

Aquí debió pitar el arbitro el final del partido, hubiera sido lo mejor para el Madrid, porque el resto fue un ejercicio de dominio, serenidad, trabajo y orden por parte del equipo colchonero, y de impotencia, desorden táctico, nerviosismo y desesperación por parte de los blancos.

Los rojiblancos presentaron un centro del campo solidario, equilibrado y creativo. No echaron de menos a Mario Suarez. Tiago le suplió perfectamente que junto con Gabi y con la ayuda de Koke, Turan, Villa y Costa formaron la primera barrera de presión contra los blancos. Como un acordeón se estiraban y agrupaban en función del balón, ahogando el pobre y despoblado centro del campo blanco. En la creación un hombre se sale por encima del resto: Koke. Con Diego Costa formó una pareja diabólica. Villa que no estuvo afortunado cara a puerta, hizo un trabajo inconmensurable abriendo huecos en la defensa blanca por donde se colaban Costa y Turan una y otra vez poniendo en evidencia el desastroso entramado defensivo del equipo blanco.

Por su parte el Madrid en la línea que viene mostrando en los últimos partidos. El desbarajuste táctico es absoluto, la libertad de Cristiano a la hora de defender, contribuye a hacer más evidente los desajustes. El doble pivote, se cual sea, se encuentra muy solo, sin ayudas. La línea de tres de arriba; Cristiano, Isco, Di María (o Bale) no existe como tal, ni para presionar la salida del rival ni para atacar. Cristiano y Di María (o Bale) viven asilvestrados, sin orden, haciendo cada uno la guerra por su cuenta y como consecuencia Isco y Bencema son dos islas sin conexión que solo sobreviven de manera individual. Se producen muchos espacios a las espaldas de estos y los rivales llegan en «manada» a las defensas blancas, el doble pivote no encuentra el sitio y la línea defensiva tiene que salir a la desesperada al encuentro del rival (que se lo digan a Ramos).

En éste escenario el Madrid deambula sin rumbo, dependiendo de la suerte de la pegada, de las individualidades o de «el Muñiz» de turno que le saque del agujero en el que el solo se mete. En el derbi de ayer Simeone lo bordo. Dos hombres a la marca de Cristiano y un tercero escalonado ahogaban una y otra vez las acciones del portugués. Y al igual que sobre Cristiano sobre cualquier hombre merengue que recibiera un balón en terreno rojiblanco. El sistema defensivo con el balón en los pies y la magnífica transición defensa-ataque de los hombres de Simeone demuestra lo bien trabajado tácticamente que está el Atlético de Madrid, todo lo contrario que el equipo blanco.

Y después de lo que se ve en el campo escuchamos al míster justificarse en rueda de prensa:
«...El principio de juego es lento y cuando la pelota llega adelante no hay espacios para buscar una solución positiva. Cuando juegas un equipo con buena organización defensiva, si juegas lento es más difícil...»
«...Isco no estaba jugando mal pero hubo un momento del partido en el que la única posibilidad de marcar eran los centros y por eso pensé en jugar con dos delanteros...»
De lo que se deduce que el Madrid (perdón), Ancelotti, no sabe jugar en estático y no tiene soluciones ante equipos ordenados; su plan B es lo más peregrino del fútbol, balones a la «olla».

El futuro lo tenemos negro, los dos primeros clasificados nos sacan 5 puntos. El primer envite con el Atlético (en casa) lo tenemos perdido y hay que ir al Calderón y el doble partido con el Barça. Ancelotti lleva tres meses con el Madrid y solo hemos visto desbarajustes y despropósitos, mucho, mucho, pero mucho tiene que mejorar el Madrid y no tiene pinta de ello.

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