El
primer derbi de la temporada 2013-2014 se decantó en favor de los
colchoneros. En el minuto 11 de partido el Atlético de Madrid ganó
un balón en la presión a la salida del equipo blanco. Di María
pierde el balón ante Filipe Luis quien pasa a Koke y este en
profundidad hacia Costa ganando la espalda a la defensa blanca y
batiendo en el uno contra uno a Diego López.
Aquí
debió pitar el arbitro el final del partido, hubiera sido lo mejor
para el Madrid, porque el resto fue un ejercicio de dominio,
serenidad, trabajo y orden por parte del equipo colchonero, y de
impotencia, desorden táctico, nerviosismo y desesperación por parte
de los blancos.
Los
rojiblancos presentaron un centro del campo solidario, equilibrado y
creativo. No echaron de menos a Mario Suarez. Tiago le suplió
perfectamente que junto con Gabi y con la ayuda de Koke, Turan, Villa
y Costa formaron la primera barrera de presión contra los blancos.
Como un acordeón se estiraban y agrupaban en función del balón,
ahogando el pobre y despoblado centro del campo blanco. En la
creación un hombre se sale por encima del resto: Koke. Con Diego
Costa formó una pareja diabólica. Villa que no estuvo afortunado
cara a puerta, hizo un trabajo inconmensurable abriendo huecos en la
defensa blanca por donde se colaban Costa y Turan una y otra vez
poniendo en evidencia el desastroso entramado defensivo del equipo
blanco.
Por su
parte el Madrid en la línea que viene mostrando en los últimos
partidos. El desbarajuste táctico es absoluto, la libertad de
Cristiano a la hora de defender, contribuye a hacer más evidente los
desajustes. El doble pivote, se cual sea, se encuentra muy solo, sin
ayudas. La línea de tres de arriba; Cristiano, Isco, Di María (o
Bale) no existe como tal, ni para presionar la salida del rival ni
para atacar. Cristiano y Di María (o Bale) viven asilvestrados, sin
orden, haciendo cada uno la guerra por su cuenta y como consecuencia
Isco y Bencema son dos islas sin conexión que solo sobreviven de
manera individual. Se producen muchos espacios a las espaldas de
estos y los rivales llegan en «manada» a las defensas blancas, el
doble pivote no encuentra el sitio y la línea defensiva tiene que
salir a la desesperada al encuentro del rival (que se lo digan a
Ramos).
En éste
escenario el Madrid deambula sin rumbo, dependiendo de la suerte de
la pegada, de las individualidades o de «el Muñiz» de turno que le
saque del agujero en el que el solo se mete. En el derbi de ayer
Simeone lo bordo. Dos hombres a la marca de Cristiano y un tercero
escalonado ahogaban una y otra vez las acciones del portugués. Y al
igual que sobre Cristiano sobre cualquier hombre merengue que
recibiera un balón en terreno rojiblanco. El sistema defensivo con
el balón en los pies y la magnífica transición defensa-ataque de
los hombres de Simeone demuestra lo bien trabajado tácticamente que
está el Atlético de Madrid, todo lo contrario que el equipo blanco.
Y
después de lo que se ve en el campo escuchamos al míster
justificarse en rueda de prensa:
«...El
principio de juego es lento y cuando la pelota llega adelante no hay
espacios para buscar una solución positiva. Cuando juegas un equipo
con buena organización defensiva, si juegas lento es más
difícil...»
«...Isco
no estaba jugando mal pero hubo un momento del partido en el que la
única posibilidad de marcar eran los centros y por eso pensé en
jugar con dos delanteros...»
De lo
que se deduce que el Madrid (perdón), Ancelotti, no sabe jugar en
estático y no tiene soluciones ante equipos ordenados; su plan B es
lo más peregrino del fútbol, balones a la «olla».
El
futuro lo tenemos negro, los dos primeros clasificados nos sacan 5
puntos. El primer envite con el Atlético (en casa) lo tenemos
perdido y hay que ir al Calderón y el doble partido con el Barça.
Ancelotti lleva tres meses con el Madrid y solo hemos visto
desbarajustes y despropósitos, mucho, mucho, pero mucho tiene que
mejorar el Madrid y no tiene pinta de ello.
y algunos se quejaban de Mou......
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