Del
Bosque decidió enfrentarse a Italia sin un nueve definido, ante una
defensa de cinco como planteó la squadra azzurra no es mala
estrategia. Iniesta, Fábregas y Silva debían rotar en torno a los
centrales transalpinos evitando fijar marcajes y creando ocasiones de
gol.
Hasta
aquí todo correcto. Xabi Alonso y Xavi Hernández los volantes que
sirven de balón a los tres de arriba, y Busquets a su espalda,
ocupando huecos y dando equilibrio táctico al centro del campo
español. Detrás, Alba y Arbeloa en las bandas y cerrando Ramos y
Piqué, en portería Iker. Una alineación que ya la quisieran muchos
para su equipo.
Enfrente,
una Italia con precauciones defensivas a juzgar por la poblada
defensa, el 5-3-2 con el que salió de inicio, presentaba nueve
hombres por detras del balón (de Bufón a Pirlo) bien juntitos,
delante Cassano y Balotelli. La consigna era clara; tapar líneas de
pase, meter el pie sin miramientos con la connivencia del arbitro,
que ayudo lo suyo, robar el balón, pasarlo a Pirlo y que el
10 italiano lance en profundidad sobre los dos puntas y Marchisio.
Pero a
España le apareció otro rival más, el césped. Se suele decir en
el fútbol que el césped es igual para los dos equipos, pero no es
cierto, un terreno en buen estado favorece al equipo que maneja mejor
el balón y un césped en mal estado favorece al que tiene peor trato
de balón o ni siquiera lo quiere. Por lo tanto el césped lejos de
igualar se convierte en un problema más como era el caso.
El
balón no rodaba bien, alta y seca, la hierba frenaba y llenaba de
imprecisión los pases interiores del equipo español favoreciendo a
la poblada defensa italiana. Los españoles no conseguían asentarse
y hacerse con el centro del campo. A consecuencia de esto, Italia se
iba sintiendo cada vez más cómoda y sin perder un milímetro el
dibujo, De Rossi iba dando, poco a poco, un paso hacia delante
sacando su defensa del área camino del centro del campo.
Pese a todo, España llegaba al área, pero se perdía en pases
horizontales a ninguna parte, los tres de arriba pensaban más en
pasar que en tirar a puerta. Parecía que buscaran el uno contra uno
con la portería vacía. Llegué a recordar al celebre Bill
Shankly (Manager del Liverpool
1959-1974) que en una de sus famosas frases decía:
«Si estás en el área y no sabes que hacer con la pelota,
intenta meterla en el arco; ya discutiremos las alternativas más
tarde».
Jugar
con un falso nueve no es un problema siempre que se tire a puerta, no
es necesario ser un goleador, España genera suficientes ocasiones de
gol por partido como para que cualquiera que pise el área tire a
puerta y haga gol. Este estilo nos ha hecho Campeones de Europa y
Campeones del Mundo y el jugar con o sin nueve no es más que un
recurso más del estilo, abrir a banda con carrileros para bombear
balones a un nueve clásico nos aleja del estilo que nos hizo
campeones, nos lleva una etapa anterior plagada de fracasos.
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